Lulú Petite

Me llegó un correo que me encantó, esto es amor al arte, lo comparto con ustedes:

Petite:

Lo admito, lo confieso y me vale madre. Soy una vil cerda. Disfruto haciendo cochinaditas. me encanta coger. ¿Dije que me encanta? Corrijo: Coger es mi vida.

Para no incomodar buenas conciencias, no he de contarte de mi primera vez, de la segunda ni de las muchas que sucedieron antes de que apagara las primeras 18 velitas de un pastel. Ahorita tengo 25, soy cancha reglamentaria y en mis pastos se han jugado más partidos que en un campo llanero.

Hablando de campos llaneros, hace tiempo tenía un novio -camote- muy simpático en chavo y con un cuerpazo que daban ganas de lamerlo todo. Era un toro. Era un huevonazo, no chambeaba y se la pasaba pisteando, todos los días jugaba fútbol con sus cuates. Eso sí, cogía divino.

Un día lo acompañé a un partido en un campo llanero, de esos que son más tierra que pasto. Ganaron y nos fuimos a la peda. Para no hacerte el cuento largo, ya estábamos bien pedos, cuando mi güey me empezó a desvestir, así nomás me empinó, me levantó la falda y me la metió de un tiro, encenté de sus cuates.

No sé en qué momento, pero cuando me di cuenta, otro de los chavos ya estaba frente a mí, con su verga frente a mi boca. Me súper calenté. Se la mamé. Igual no te cuento más detalles, porque tendría que inventarlos, pues después de eso todo fue un cogedero desordenado, lo que te puedo confesar, es que me tiré a cinco güeyes. Fué riquísimo.

Luego te cuento más experiencias. Te mando un beso Petite, eres divertida. Si un día te animas, me encantaría coger contigo.

Besos
LaCerdita