Lulú Petite

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Manual de civismo

2011-03-10

Si bien recuerdo mis clases de la primaria, la educación cívica es el conocimiento y comprensión de las normas que regulan la vida social. Las claves, valores y actitudes que debemos tener para relacionarnos en sociedad y portarnos como buenas ciudadanas y ciudadanos. Dicho de otro modo, son las instrucciones sobre cómo comportarnos para que no nos den una patada en el culo por indecentes.

Un buen manual de civismo, te ha de enseñar de buenas costumbres, de las instituciones que nos rigen y de la forma en que nos organizamos. Un manual de civismo te ayuda a distinguir lo que está bien de lo que está mal, a hacer las cosas para que los demás se sientan complacidos y reconozcan en ti a una persona que sabe comportarse, que brilla, que se distingue.

Un manual de civismo plantea dudas y da respuestas, útiles y convenientes, sobre las reglas de la buena conducta, las claves que ayudan a distinguir a una persona bien de un canalla.

Manuales de este tipo hay tantos que son incontables, pero buscando un buen manual de civismo para la hora de coger, me topé con que sobre ese tema hay muchísima menos literatura, así que con la ayuda de todos ustedes y paso a pasito, decidí que este Diario Íntimo sirviera para la construcción colectiva de un moderno, cachondo, cínico y refinado Manual de Civismo para Adultos, que registre con el rigor científico y la seriedad necesaria para un blog de chacoteo, las reglas de urbanidad y buenos modales que deben regir nuestras relaciones sexuales. Desde cómo entender cuando te dicen que por ahí no se despacha, hasta las instrucciones detalladas de cómo se le debe lengüetear la entrepierna a una dama.

Poco a poco, iremos haciendo un manual que, seguramente, valdrá la pena consultar ¿Les late? ¿Quién se apunta?

Se vale información escrita y gráfica, actividades de aprendizaje para reafirmar conocimientos y, claro, algunas técnicas de investigación para poner en práctica los conocimientos. Se trata de agradar al coger, de hacer las cosas bien y como se debe para que los participantes terminen contentos y se vayan pensando que el amable lector es todo un caballero en el chivito al precipicio, o que la dulce lectora si sabe cómo dar una buena y muy cortés mamada sin dientes.

Vayamos pues, con dedicación y profesionalismo, construyendo alegremente nuestro manual, a ver qué tal va quedando.