Lulú Petite

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Aunque les untes

2011-05-15

Es triste reconocerlo, pero todo secreto, termina por revelarse. Pueden guardarse secretos chiquitos o mentirillas inocentes, pero cuando toda una relación se establece a la sombra del clandestinaje es ingenuo pensar que nunca ha de salir a la luz.


Era obvio que tarde o temprano David iba a enterarse del modo en que me gano la vida. Ni siquiera era necesaria la certeza, basta con ser observador: mi ingreso es alto, trabajo pocas horas al día y mis gastos son muchos. No es necesario ser Einstein para darse tinta de que algo no encaja.


Además escribiendo tanta balconeada en Internet, publicando fotos con lencería que me ha visto, siempre corro el riesgo de que un Gráfico caiga en sus manos o que googleando llegue a este blog, a mi face o a mi tuiter.

Claro, aunque siempre supe que el secreto no estaría guardado eternamente, tenía la cándida esperanza de, al menos, soltárselo con jilocaína, poco a poquito, pa que resbalara. De todos modos, enterarte de que tu novia se dedica al más veterano de los oficios, son de esas verdades que arden, aunque les untes vaselina.