Lulú Petite

Mi Blog

15 de mayo

2011-05-15
Que son unos huevones. Que cobran mucho y trabajan poco. Que enseñan mal, que estamos pal carajo, que marchan, que bloquean, que son esto y aquello. Se escuchan cosas terribles del magisterio. Yo a los maestros los veo con cariño. Si, además, se sabe que la mayoría de ellos viven con un sueldo de seis mil pesos mensuales. Es realmente de reconocerse la chamba que hacen.

Cada uno de los que hoy podemos leer igual una frase que todo un libro, de los que podemos traducir en letras un pensamiento, resolver operaciones aritméticas o entender cómo funciona nuestro cuerpo o de qué está hecho el universo, se lo debemos a una maestra o a un maestro.

A quien esa le parezca una tarea fácil, supongo que no ha tenido la responsabilidad de estar frente a un grupo, con un montón de cabezas y de temperamentos diferentes y ha tenido que poner en ellas información valiosa.

Yo no soy maestra ni tengo parientes que lo sean, pero en la mañana escuché a unas personas hablar del día del maestro y decían puras cosas malas del gremio. Yo tuve y tengo muy buenos maestros, mujeres y hombres con vocación y ganas de enseñar. También los he tenido malos, claro, pero lo importante es que son mayoría los que enseñan, los que no andan de paro en paro ni haciéndose ricos sin trabajar, sino rompiéndose el lomo para quitarnos poco a poco lo zopencos. A esas maestras y maestros FELICIDADES.

15 de mayo de 2011