Lulú Petite

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Final

2011-05-19

Hoy es, en Morelia, la primera mitad de la final Monarcas-Pumas. El domingo, acá en CU, la garra felina habrá de recibir a la monarquía para definir cuál de los dos alza la copa (ojalá no se les caiga, como a los del Madrid). Los Pumas, un equipo universitario y de tradición, los Monarcas, de una ciudad hermosa, con gente a toda madre, que merece darse el gusto. He de admitirlo: tengo el corazón dividido.


Y es que aunque, aunque no estudie en la UNAM, los Pumas es el equipo perfecto para quienes estudiamos una carrera universitaria, es, hablando de fútbol, un equipo que, al decir que le vas, te hace quedar bien. Por otro lado, tengo amigos muy, muy queridos allá en Morelia, a los que un triunfo de su equipo los pondría más alegres a que a mí con un consolador, después de una semana sin sexo.


En cualquier caso, quien diga que no debería hablar de futbol tendría razón. No sólo no sé de futbol, sino que además me aburre. En lo que si tengo experiencia es en futbolistas. No es por dárselos a desear, pero en estos menesteres, he tenido el gusto de plancharme a más de uno. Y eso sí, a la hora de coger, militares, boxeadores y pamboleros, son los más temibles de los gremios. No fornican, te barrenan y tienen una condición, que sólo el más arduo acondicionamiento físico permite.


He cogido con futbolistas de primera división. He cogido con personalidades futboleras que, de revelar los nombres, sería la nota que desbancara a Kalimba de la persecución microfonera (afortunadamente, como lo he dicho, decir los nombres de mis clientes es una cosa que no haré jamás). Lo cierto es que, absolutamente todos, te ponen unas ponchadas que sales pidiendo esquina. Son unas máquinas sexuales.


En fin, ojalá los dos jueguen muy bien y que gane el que sepa aprovechar mejor las oportunidades.