Lulú Petite

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Doscientas

2012-08-30


(Llamadas para dudas de este tema, descalificación automática, no sea flojito y a leer, ja, ja)
Gracias a todos por participar. Me siento muy halagada con las cosas que he leído. Prometo hacer otro concursito pronto. Aquí cierro.

Vamos a jugar. Simplemente imagina. Pongamos que soy tu novia. Si, te estoy escribiendo a ti, que estás leyendo estas palabras. Imagina que somos novios y acabo de llamar a tu puerta. Toc, toc, toc. Abres y me recibes con una sonrisa. Yo te abrazo y me paro de puntitas para darte un beso.

¿Hay algo más sabroso que un beso? Sentir los labios tibios de la persona que quieres, que te gusta, que hace que tu piel se encienda y que tu sexo comience a hincharse.

¿Verdad que te gusta? Imagina que te me acerco más, que el beso es profundo y me tienes ahí. Detente un poco a mirar la foto con la que se ilustra este texto. Sí, soy yo. Soy tu novia. Son mis brazos los que descansan sobre tus hombros, mis manos las que cuelgan de tu cuello, mi lengua la que sientes en tus labios. ¿Ya sientes mi cuerpo? ¿Mis curvas? ¿El suave roce de nuestros besos? La humedad, el aroma, el deseo. Siente cómo te prendes de las suaves líneas de mi anatomía. Mis labios saben bien, tu boca fresca.

Sientes al besarnos unas cosquillitas que empiezan en el corazón y se te plantan en la nuca, es el deseo, lo estás disfrutando. Me acerco un poco más a ti, para apretar mis senos contra tu cuerpo ¡Qué rico! Me encuentro ya el bulto firme en tus pantalones. No puedo contenerme, sin dejar de besarte, acaricio la erección sobre tu pantalón. La tienes deliciosa, se me antoja comérmela o que la tengas dentro de mí. Te deseo.

¿Verdad que te gusta besarme? Acaricias mi espalda, te sientes cómodo, contento, deslizas tu mano por mi espalda, la tela de mi vestido es suave al tacto, te gusta cómo se siente. Pones tu mano en mis nalgas y me aprietas hacia ti. Un beso que no termina con al menos una mano en las nalgas, es una descortesía imperdonable. Me gusta. Te encanta.

Interrumpes el beso para mirarme los ojos. Te sonrío y ladeo la cabeza sin quitar mis pupilas de las tuyas. Te estoy retando, quiero que sigas. Tu boca se encuentra con mi cuello, ofrecido como cena de vampiros. Te excitas, entiendes que es momento de besarme el cuello. De pensar en lo que sigue, de entrar en completa confianza.

Metes la mano bajo mi vestido y sientes la piel tensa de mis muslos. Disfrutas acariciándome las piernas, yendo hasta mis nalgas, te gusta sentir mi piel suave, tersa, femenina. Siempre te ha gustado la delicadeza de mi cuerpo. Te encuentras con mi lencería y la bajas despacito, jalándola con tus pulgares por mis muslos, por mis rodillas, por mis pantorrillas. Te vas bajando hasta hincarte frente a mí y quitarme la panty. Levantas mi falda y me besas los muslos, los acaricias. Caminas una ruta de besos hasta acampar entre mis piernas. Me ordenas con la mirada que las separe un poco, recargo mis manos y cadera en la pared y abro mis piernas en tijera. Sonríes, me ves a los ojos y me besas el sexo. Buscas con labios y lengua el sabor de mi deseo, me encanta cómo irrumpes, cómo tu boca me vuelve tu esclava, tu prisionera, tu manantial ¡Qué delicia!

Estoy a punto de venirme. No quiero que te detengas. Tu lengua, espléndida taladra mis botones con una magia que me está volviendo loca. De pronto te levantas. Yo te miro con odio ¿Cómo te atreves a interrumpir mi goce? Pones tus brazos bajo mis corvas y me levantas para llevarme a la cama. Me desudas y te desnudo casi arrancándonos cada prenda.

Te recuestas boca arriba, con el miembro tremendo apuntando al techo. Yo me pongo de rodillas, sobre el colchón, doblada para chupártela. Me pides que me acomode para que sigas clavando boca entre mis piernas. Prácticamente me siento en tu cara y arqueo mi espalda para llevarme tu erección a los labios. Recargo mis manos en tus muslos y comenzamos un cadencioso sesenta y nueve. Tu lengua traviesa, mi boca urgente, me regalas un orgasmo maravilloso.

Es hora de corresponderte. Tomo tu sexo, grande, hermoso, pulsante. Lo apunto entre mis piernas y me lo voy clavando hasta desaparecerlo dentro. Gimo de placer en tus oídos. Es apenas el principio de la cogida más sabrosa que tendrás en tu vida.

Comencé a escribir este espacio en El Gráfico hace exactamente 2 años, 2 meses y 22 días y, curiosamente, también hoy, con ésta, alcanzo las 200 colaboraciones ¿Qué mejor manera de celebrarlo que invitándote a imaginar? Y ¿Por qué no? Invitándote a que lo que imaginas se convierta en realidad.

¿Qué tal si nos conocemos? Sí, qué tal si tú y yo nos conocemos. Así nomás, sin que tengas que pagar por ello ¿Cómo? Sigue leyendo esta colaboración los martes y jueves, pues muy pronto estaré regalando una cita a un lector de El Gráfico, muy merecido te lo tienes. Ponte las pilas, el protagonista de una de mis historias puedes ser tú.

POR LO PRONTO: Las siguientes instrucciones:

Paso número uno: Sígueme en Twitter. Acá: http://www.facebook.com/feisdelulu#


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